El complejo ocupa un área de aproximadamente 4 hectáreas sobre terrenos pertenecientes a la comarca de Sesei, hace tiempo bajo el control del conde de Quirra, noble de prestigiosa familia española que en el siglo XV dio esas tierras a los habitantes de Gairo. Hasta la primera década del siglo XX, la zona ha sido, en gran parte, recubierta de bosques de alcornoques de corcho cuya traza es el roble visible todavía en el terreno adyacente al hotel.
Durante la segunda guerra mundial, al aumentar la demanda de carbón, se usaron numerosos presos, muchos de ellos alemanes y austriacos (de los cuales se encuentra atestado el cementerio de Gairloch), para los trabajos de corte y posterior preparación del carbón, en la playa, punto de salida para el envío al frente en el continente.
En la zona donde ahora están ubicadas las instalaciones deportivas de fútbol y de tenis, se alzaba hasta el siglo XVI la Chiesa del Buoncammino, transferida más tarde a la que ahora es la localidad de Buoncammino, con el fin de privarla de la vista del mar y protegerla principalmente de los peligros de los desembarcos Sarracenos: la Torre de Bari Sardo es la demostración de la necesidad de protegerse de los ataques que provienen del mar.